REALEZA BRITÁNICA

La decisión de Carlos III con su hermano, el príncipe Andrés que reabre la guerra familiar

Carlos III tomó una drástica decisión y prácticamente obligó a su hermano a abandonar su mansión. 

Fuente: Instagram @clarencehouse
Rey Carlos III.Fuente: Instagram @clarencehouse
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En el último tiempo se supo que el rey Carlos III rebajará la asignación económica de su hermano, el príncipe Andrés de Inglaterra. Por esta razón, tanto él como su exmujer Sarah Ferguson están angustiados porque esto significa una amenaza de desalojo de la mansión que han ocupado ellos y sus dos hijas, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia.

Así, el tercero de los hijos de Isabel II no está en condiciones de pagar el costoso mantenimiento de la mansión Royal Lodge, donde han vivido los últimos 19 años. El príncipe y su familia, incluida Fergie, quien reside allí cuando está en Inglaterra, deberán abandonar el próximo verano su mansión en Windsor. La propiedad es de la Familia Real y tiene un valor de 30 millones de libras, casi 34 millones de euros.

El príncipe Andrés recibió la noticia a tan solo dos meses del fallecimiento de su madre, la reina Isabel II de Inglaterra. De esta manera, tiene poco tiempo para resolver la situación, luego de la pérdida de ingresos por renunciar a sus deberes reales oficiales. Por esa decisión dejó de percibir las 249.000 libras anuales de presupuesto del ducado de York, luego del escándalo con una de las víctimas de la red de explotación de Jeffrey Epstein.

La casa de Andrés, ahora es de Carlos

Tras la muerte de su madre en septiembre de 2022, la propiedad real es del rey Carlos III, que está decidido a gestionarla con presupuestos más ajustados. La mansión Royal Lodge está ubicada en Windsor Great Park, a unas tres millas de la residencia principal de Isabel II, el Castillo de Windsor. Andrés se mudó en 2004 con sus dos hijas, Beatriz y Eugenia. Además, allí vive Sarah Ferguson cuando no está viajando. 

La reina Isabel II de Inglaterra y su hijo Carlos. Fuente: Instagram @clarencehouse

Tanto el príncipe como su exmujer, tienen un contrato de arrendamiento de 75 años por lo que no pueden ser desalojados. Desde la institución real se le pidió a Andrés se que pagará las renovaciones de la casa él mismo, las cuales rondaban los 7,5 millones de libras esterlinas. De todas maneras, Andrés deberá buscar su solvencia financiera si quiere mantener su casa.