UN FRÍO INHUMANO

¿Qué temperatura tiene la ciudad más fría del mundo?

La ciudad más fría del mundo, situada al este de Siberia, es Yakutsk. Pero ¿cuáles son las gélidas temperaturas que han provocado su fama?

El invierno puede ser muy duro en algunas ciudades.
Escrito en INTERNACIONAL el

Si creías que tu invierno estaba siendo duro, eso es que no lo has conocido de verdad. En estos momentos, las temperaturas en la ciudad más fría del mundo han descendido hasta los 50 grados centígrados bajo cero. Una absoluta barbaridad inhumana que extiende la leyenda de esta localidad en todo el planeta.

La ciudad de Yakutsk, en el este de Siberia, está considerada uno de los lugares más fríos del mundo. Ahora ha sufrido una ola de frío anormalmente larga. Enero es el mes más frío y, aunque están acostumbrados a temperaturas bajo cero, los habitantes de esta remota región están tomando precauciones adicionales para mantenerse calientes.

"No puedes luchar contra ello", dijo a Reuters un residente vestido con dos bufandas y múltiples capas de guantes, gorros y capuchas. "O te adaptas y te vistes en consecuencia, o sufres". Según otro residente que vendía pescado congelado en un mercado local, la clave está en vestirse por capas. "Sólo hay que abrigarse. En capas, como un repollo", dijo. En 2018, hizo tanto frío que algunos residentes dijeron que se les congelaron las pestañas.

Una experiencia no apta para todos los seres humanos

Con menos de un millón de habitantes, los inviernos de Yakutsk pueden ser extremos, incluso para los estándares rusos. Pero la ciudad atrajo la atención internacional en julio, cuando la bruma de los incendios forestales cercanos arrasó los bosques y cubrió la región de un espeso humo. Los científicos expresaron su profunda preocupación por la creciente frecuencia de los incendios provocados por el cambio climático en el Ártico siberiano.

En ese sentido, sorprende y mucho los contrastes climatológicos. Desde luego, la experiencia en la ciudad más fría del mundo no deja de sorprender a sus habitantes, para bien o para mal. Sin embargo, podemos suponer desde aquí, desde la felicidad que da la distancia y un clima mucho más sensato, que uno se acaba acostumbrando a todo. El ser humano es un animal de costumbres, y nos solemos adaptar bastante bien a las cosas, incluso a las malas.

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