A todas nos ha pasado alguna vez que nos rompemos una uña y no sabemos cómo solucionarlo. En lugar de acudir al manicurista, existen varios métodos caseros que podemos utilizar para reparar una de estas situaciones y que quede como nueva.

El primer método consiste en utilizar un trozo de papel de té. Para ello, debemos recortar un pequeño trozo de papel de té, aplicar una capa de esmalte transparente en la uña rota y colocar el papel encima. Después, aplicamos otra capa de esmalte transparente y dejamos secar. Repetimos este proceso dos o tres veces y ya tendremos la uña reparada como si la manicura fuese nueva..

Otro método casero es utilizar pegamento para uñas postizas. Simplemente debemos aplicar una pequeña cantidad de pegamento en la uña rota y pegar un trozo de papel de té encima. Después, aplicamos otra capa de pegamento y dejamos secar. Una vez seco, podemos limar la uña y aplicar esmalte de uñas del color que deseemos.

También podemos utilizar un trozo de tela adhesiva. En este caso, debemos cortar un pequeño trozo de tela adhesiva del tamaño de la uña rota, colocarlo encima y fijarlo con una capa de esmalte transparente. Dejamos secar y podemos repetir el proceso dos o tres veces para asegurarnos de que la uña quede bien reparada y no se note el cambio en la manicura.

Otra opción es utilizar un kit de reparación de uñas. Estos kits suelen contener polvo y un líquido que se mezclan para formar una pasta que se aplica sobre la uña rota. Después, debemos limar la uña y aplicar esmalte de uñas para sellar la reparación. Si no disponemos de ninguno de estos materiales, podemos optar por cortar la uña rota lo más cerca posible de la base y limarla hasta que quede uniforme con el resto de las uñas. En este caso, es importante tener cuidado de no dañar la piel de alrededor.