REJUVENECIMIENTO FACIAL

Apunta: las 4 técnicas menos invasivas para hacerse un retoque facial ¡y sin pasar por el quirófano!

Son poco invasivas y prometen recuperar algunos años: te los mostramos y explicamos cada una para que puedas escoger la que mejor te convenga.

Existen tratamientos efectivos que no dejan rastros.
Existen tratamientos efectivos que no dejan rastros.Créditos: Unsplash
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¿Tienes más de 40 años y estás considerando hacerte un retoque facial para recuperar unos años de juventud en el rostro? Te contamos que ya es posible gracias a métodos poco invasivos que, no solo son súper efectivos, sino que además no requieren que pases por el quirófano para costosas cirugías.

A continuación, los cuatro tratamientos menos invasivos y más demandados para la estética facial:

Bótox

Es uno de los procedimientos más demandados y es frecuente en pacientes a partir de los 30 a 35 años. La técnica consiste en aplicar el bótox en dosis altas, inyectándola en aquellas zonas donde el paciente quiere rejuvenecer o mejorar la apariencia facial.

Por lo general, el bótox suele aplicarse en el techo superior de la cara y actúa de forma selectiva en los pequeños músculos responsables del gesto. La eliminación de estas arrugas se produce por la inmovilización y relajación de determinados músculos faciales.

Este tratamiento permite revitalizar y rejuvenecer, eliminando las arrugas y dejando la piel más tersa. Otra utilidad del bótox es el tratamiento de problemas de excesiva sudoración en diferentes partes del cuerpo, como axilas, manos o pies.

El bótox reduce las líneas de expresión. 

Ácido hialurónico

Tal y como explica Margarita Rodríguez de Azero, secretaria general de la AECEP, es una sustancia natural que está presente en el cuerpo de forma habitual.

"Pero, con el paso del tiempo, ese ácido hialurónico que poseemos en la dermis se va perdiendo, reflejándose externamente con la aparición de arrugas y la pérdida del contorno del rostro. Para disminuir su pérdida progresiva es posible aportar de forma externa ácido hialurónico con microinyecciones. Este aporte permite hidratar la piel, reponer el volumen perdido y eliminar las arrugas de una forma sencilla y discreta", explica a Infosalus.

El ácido hialurónico es capaz de retener agua y estimular la producción de colágeno, por lo que su efecto se prolonga en un plazo entre 6 meses y 1 año. Además, es reabsorbible, por lo que no hay límite exacto de dosis ni de sesiones (aunque el tiempo varían en cada paciente)

El ácido hialurónico también suele usarse para remodelar la nariz.

Baby bótox

Este tratamiento ayuda a prevenir los signos de la edad, y es por ello que se puede comenzar a aplicar a partir de los 25 años ya que a esa edad no constan de fuertes líneas de expresión o que aún no han aparecido.

 Algunas diferencias entre el 'baby bótox' y el ácido hialurónico son la zona de aplicación, ya que en el bótox se aplica en los músculos faciales y con el ácido hialurónico se aplica directamente en la arruga. Además, las dosis de baby bótox son más bajas que las de bótox normal.

En el plazo de renovación del tratamiento también hay una diferencia: mientras que el bótox se renueva cada 6 meses, con el ácido hialurónico se puede esperar hasta un año para volver a aplicarlo.

El 'baby bótox¡ es ideal para los más jóvenes.

Hilos tensores

Según la presidenta de AECEP, Isabel Moreno, "los hilos tensores son unos hilos finos utilizados para rejuvenecer el rostro. Se pueden aplicar tanto para eliminar las arrugas y la flacidez facial, como para levantar las cejas o, incluso, para redefinir el óvalo de la cara y el contorno de la mandíbula", comenta. Los hilos tensores no dejan cicatrices ni marcas a la vista.

Explica que el efecto en teoría es de lifting, aunque, basándose en su experiencia, aclara que no es así, y por ello se cambió el título de lifting sin cirugía, por el de material de relleno. Existen dos tipos de hilos tensores: los permanentes, que están hechos de propileno, y los temporales, hechos con diaxanona, material que en unos años se reabsorbe por el organismo sin necesidad de operación.

Es un tratamiento que permite combinarse con otros procedimientos, como por ejemplo el bótox. Además, es una técnica flexible, ya que pueden insertarse más hilos en el momento que el paciente lo desee.