El rey Carlos III es uno de los miembros más conocidos de la familia real británica, pero antes de casarse con la princesa Diana, su primer matrimonio, tuvo una serie de romances con mujeres aristocráticas. Estas relaciones marcaron en distintas maneras al actual monarca.

En 1971, conoció a Lucía Santa Cruz, la hija de un ex embajador de Chile en Londres, quien era cinco años mayor que él. No se sabe por qué terminó la relación, pero Lucía aparentemente presentó a Carlos con Camilla Shand. En 1973, Carlos cortejó a Lady Jane Wellesley, hija del octavo duque de Wellington, pero el romance terminó al año siguiente debido al escrutinio mediático intenso.

Davina Sheffield, la nieta del primer Lord McGowan y prima de Samantha Cameron, estuvo vinculada sentimentalmente con él en 1976, mientras que Lady Sarah Spencer, hermana mayor de Diana, lo conoció en 1977. Sarah se atribuyó el mérito de haberle presentado a Diana al rey Carlos III y dijo: “Soy Cupido”.

Sabrina Guinness, heredera de la dinastía cervecera, cautivó al heredero en 1979, y se rumoreaba que estaba tan enamorado de ella que la llevó a Balmoral para conocer a la familia real. Sin embargo, después de nueve meses, Carlos terminó abruptamente la relación porque la Reina no estaba contenta con el pasado “picante” de Sabrina. En 1980, el ahora rey Carlos III le propuso matrimonio a Lady Amanda Knatchbull, la nieta de Lord Mountbatten y su prima segunda. Aunque la familia real estaba interesada en que la relación funcionara, no hubo boda porque Amanda había perdido recientemente a su hermano menor y a su abuelo en un asesinato del grupo terrorista irlandés IRA.

Estos romances de Carlos con mujeres aristocráticas fueron apodados por la prensa como “Los ángeles de Charlie”. Aunque su romance más famoso fue con Camilla Parker Bowles, quien luego se convirtió en su segunda esposa, estos otros amores tempranos muestran que Carlos tuvo dificultades para encontrar a la pareja adecuada antes de conocer a Diana.