A las 2:22, hora local Argentina, del martes 20 de diciembre, los campeones del mundo llegaron a su país natal para celebrar con todos sus compatriotas que son los mejores jugadores del mundo
Con Lionel Messi y Lionel Scaloni a la cabeza, los héroes de la Selección argentina enfilaron hacia el autobús descapotable que los pasearía ante la desenfrenada y eufórica multitud, desde el aeropuerto hasta el predio de la AFA.
Fue durante el trayecto cuando ocurrió algo que podía haber acabado en tragedia.
Intentando avanzar entre la marea popular, el autobús inició su camino hacia el predio de la AFA en Ezeiza. En la parte superior, los jugadores, cuerpo técnico y la Copa del Mundo saludaban y cantaban al ritmo de la gente, que se movilizó en masa para recibir a sus ídolos y celebrar con ellos.
Los futbolistas se ubicaron en la planta alta del bus, aunque algunos optaron por utilizar como asiento la cola del mismo, un espacio un tanto más elevado que el resto. Así, distraídos, o atentos a los fanáticos, Leandro Paredes, Rodrigo de Paul, Ángel Di María, Nicolás Otamendi y Leo Messi con la copa en las manos, viajaban en la cola del bus, cuando se acercaron a un cable a baja altura.
En un instante, el vehículo aceleró la marcha, dobló y los jugadores, que venían distraídos en ese ambiente de celebración, se encontraron de frente con un grueso cable, que por fortuna no llevaba corriente eléctrica de alta tensión.
El primero en verlo fue el defensor, quien lanzó el grito y enseguida los demás se agacharon, esquivando el riesgo. Pero Paredes demoró unos segundos más y, si bien pudo esquivar el impacto, el cable le tiró la gorra.
Por suerte, todo quedó en un susto y la Selección Argentina pudo seguir disfrutando del recorrido con los hinchas argentinos y celebrar con ellos la tercera Copa del Mundo de su historia.
Sin dudas, una noche histórica para el país campeón del mundo.
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