La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha anunciado este miércoles nuevas subidas de los tipos de interés en las próximas reuniones del consejo de la entidad para hacer frente a la inflación.
"A mediano plazo tenemos que hacer retroceder la inflación al 2% y haremos lo que tenemos que hacer. Es decir seguir subiendo los intereses en las próximas reuniones", dijo Lagarde en un acto en Fráncfort.
Según Lagarde, si el BCE no opta por ese camino las consecuencias para la economía serían más graves que las de un encarecimiento del crédito. "Nuestra meta no es reducir el crecimiento, nuestra meta esencial es garantizar la estabilidad de los precios. Eso es algo que tiene que conseguir el BCE", ha dicho.
La tercera subida
El BCE subió los intereses en julio pasado por primera vez desde 2011. En esa ocasión el tipo de interés de referencia subió en medio punto porcentual, hasta el 0,5%.
En su segundo paso, en septiembre, hubo un alza de 0,75 puntos, con lo que el tipo de interés de referencia está ahora en el 1,25%. En agosto la inflación en la eurozona alcanzó el 9,1%. La escalada de los precios de la zona euro se intensificó en el octavo mes de 2022, a pesar de que la subida interanual del precio de la energía se desaceleró al 38,6% un punto menos que en julio. Este dato fue compensado al alza por el incremento del precio de los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco, que en agosto fue del 10,5%, cuando en julio había sido del 9,4%.
Es por ello que el BCE considera garantizada la estabilidad de los precios cuando la inflación interanual está ligeramente por debajo del 2%.
Además, se ha sumado otro problema luego de que el precio del gas en Europa aumentara un 12% después de que Rusia dijera que podría cortar el suministro a través de Ucrania. La advertencia intensifica el conflicto energético con Europa, justo después de que se informaran importantes fugas en los oleoductos Nord Stream que las autoridades europeas califican de sabotaje.
Sin embargo, la consigna de Fráncfort es clara y ha sido repetida este miércoles por Lagarde: su misión no pasa por salvaguardar el crecimiento ni el empleo, sino por asegurar la estabilidad de los precios. “Si no cumpliéramos, perjudicaría mucho más a la economía”, insistió.
Antes del paso dado en julio el BCE había seguido durante años una política de intereses a la baja para contrarrestar, primero, las consecuencias de la crisis de la deuda y posteriormente las repercusiones económicas de la pandemia.
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