El Ingreso Mínimo Vital (IMV) cubre a individuos y unidades familiares que cumplen ciertos criterios de elegibilidad, que varían según la composición y los ingresos familiares. Desde individuos mayores de 23 años que viven solos hasta jóvenes de 18 a 22 años en situaciones especiales, como haber estado en centros de protección o ser huérfano.
Para acceder al IMV, las unidades familiares deben designar un titular que los represente, quien debe tener al menos 23 años o ser mayor de edad con hijos o dependientes a cargo. El proceso de solicitud se puede realizar de forma electrónica o presencial a través de los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS).
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Cobrar el ingreso mínimo sirve como complemento para alcanzar una renta garantizada, establecida en 7.250,52 euros anuales para un individuo en 2024, ajustándose según el tamaño familiar y otros factores como discapacidad o estructura monoparental. También se contempla un Complemento de Ayuda para la Infancia según la edad de los menores en la unidad familiar.
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Cuánto tiempo se puede cobrar el Ingreso Mínimo Vital
En cuanto a la duración del IMV, este es indefinido mientras el beneficiario cumpla con los requisitos. La prestación se mantendrá mientras persista la situación de falta de ingresos, adaptándose en caso de cambios en los ingresos u otros compatibles con el Ingreso Vital Mínimo.
El IMV es compatible con otras ayudas similares de las comunidades autónomas, permitiendo cobrar complementos regionales para adaptarse a diferentes realidades económicas o necesidades específicas.
Recientemente, el Gobierno ha reconocido que el 58% de los posibles beneficiarios del IMV no lo solicita, a pesar de que llegaba a 560.000 hogares en febrero. La Seguridad Social ha comenzado a publicar datos mensuales sobre la cobertura del IMV, aunque aún no se conoce la eficacia total del programa debido a la falta de un cálculo oficial de su alcance potencial.