Los delitos de trata de personas y explotación sexual, junto a todas las ominosas ramificaciones que ambos conllevan, son uno de los principales problemas de violencia y esclavitud moderna que enfrentan algunos países desarrollados como España, que encabeza el ranking de prostitución en Europa y se encuentra en el tercer lugar a nivel mundial.
"Dentro de la explotación sexual en el país, la violencia más brutal se ejerce a mujeres y niñas", ya que el 64 % de los casos que denunciaron en 2021, comenzaron siendo menores de edad, señala Rocío Mora, directora de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), en una entrevista para la agencia de noticias EFE.
Esta aterradora realidad que viven miles de personas en el país se vuelve apabullante con los datos de Naciones Unidas sobre este lastre social: España encabeza el "ranking" de prostitución europeo y es el tercer país a nivel mundial, algo que alarma a la APRAMP, la primera organización que cuenta con una escuela de formación para supervivientes de la trata y que atienden a 59 nacionalidades.
"Cuando una mujer te dice que desarrolla unos 40 ‘servicios sexuales’ al día te das cuenta de que es algo abusivo. Siempre lo comparo con la extracción de órganos, ¿por qué yo no puedo pagar porque tú me des un pulmón pero sí vemos que una mujer sea penetrada, y que hagan con su cuerpo lo que quieran a cambio de dinero?", plantea.
En este sentido, Carolina Rudnick, presidenta de la fundación chilena Libera, contra la trata de personas y la esclavitud, asegura que la esclavitud moderna "no es más que la esclavitud de la antigüedad llevada al mundo contemporáneo", y que esta es "un negocio super lucrativo", con estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que hablan de que el mercado de la trata ronda los 150 billones de dólares al año.
Marcela, una víctima de trata y explotación sexual que dio su tetimonio a EFE resguardada en el anonimato, reconoce que ha generado "mucho dinero a la mafia" pero que ella "no ha ganado nada", y cuenta que pasando una semana con un proxeneta llegó a producir 14.000 euros a estos criminales e insiste en que "la prostitución no es el oficio más antigüo del mundo, lo es el seguir mirando hacia otro lado".
"Cuando había redadas de la policía teníamos que mentir y decir que habíamos venido con nuestro propio dinero. Mis proxenetas llegaron a amenazarme con que me picarían en trocitos, me meterían en una maleta y me tirarían al río Guadalquivir (Sevilla), porque detrás de mí vendrían otras diez", remarca Marcela.
En en el último informe global sobre trata de personas de 2020, la ONU estimó que 40 millones de personas se encuentran en situación de esclavitud.
Con información de EFE.