La ciudad de Córdoba se sumió en un profundo dolor al despedir a Álvaro Prieto, un joven futbolista cuyo destino se vio truncado de manera inesperada. A continuación, te contamos cómo fueron las últimas horas de este joven prometedor.
La iglesia de la Trinidad en Córdoba fue testigo del dolor y la tristeza que embargó a familiares, amigos y ciudadanos al despedir a Álvaro. El párroco José Juan Jiménez expresó la dificultad de encontrar palabras para describir el inmenso dolor que sentían todos.
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Un final inesperado
Álvaro, de 18 años, encontró su trágico final al intentar trepar a un tren estacionado en Sevilla. La autopsia reveló que su muerte fue inmediata, causada por una electrocución. Durante cuatro días, su cuerpo permaneció oculto entre dos vagones, mientras se llevaba a cabo una intensa búsqueda tras la denuncia de sus padres.
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Nacido en Rusia, Álvaro fue adoptado a los cuatro años por una pareja gallega que residía en Córdoba. Sus padres, una procuradora y un empresario, nunca perdieron la esperanza durante la búsqueda de su hijo.
Álvaro Prieto, a sus 18 años, era un joven lleno de vida y con un futuro prometedor. Jugaba al fútbol en el equipo juvenil del Córdoba CF y había comenzado sus estudios de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Córdoba. Además, era parte activa de la comunidad religiosa de la ciudad.
Durante un puente, Álvaro y un amigo decidieron viajar a Sevilla para asistir a una fiesta universitaria. Esa noche, Álvaro conoció a una joven con la que conectó de inmediato. Sin embargo, al darse cuenta de la hora, decidió apresurarse para no perder su tren de regreso a Córdoba. Desafortunadamente, llegó tarde a la estación.
Su muerte fue inmediata
Tras perder su tren y enfrentarse a problemas con su billete, Álvaro intentó subirse a otro tren con la esperanza de regresar a casa. Sin embargo, fue descubierto y expulsado por los vigilantes de seguridad. En un intento desesperado por encontrar una salida, Álvaro se adentró en zonas restringidas de la estación, lo que finalmente lo llevó a la trágica decisión de trepar al tren donde encontró su final.
La trágica muerte de Álvaro Prieto nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento. Su partida deja un vacío en el corazón de todos aquellos que lo conocieron y amaron.