La parte más terrorífica del año ya pasó, pero esta época del año nos hace recordar cuáles son los pueblos de España que más miedo provoca a sus visitantes. Después de celebrar a nuestros seres queridos en el Día de Todos los Santos, es momento de dar paso a aquellos puntos del país que serán ideales para los turistas que disfrutan de lugares terroríficos. 

España es un país lleno de historia y lugares míticos, pero también de algunos donde el tiempo ha hecho mella y los han convertido en un punto especial para visitar por su magnetismo en la atmósfera y por todo lo que pueden guardar esos pueblos. En esta ocasión vamos a presentar los 4 más terroríficos del territorio nacional. Aquellos puntos que están envueltos en leyendas y sucesos paranormales. 

Los pueblos más terroríficos de España

Castillo del infierno, Barcelona: Se trata de un lugar que sólo por su nombre ya no augura algo bonito. El apodo de este lugar en Cataluña se puso debido a que muchos de los vecinos del pueblo comenzaron a vivir sucesos paranormales. Muchos turistas que se han acercado asegura haber percibido psicofonías, voces y sollozos durante sus estancia en el pueblo. 

Ochate, Burgos: Es un lugar que fue despoblado en el siglo XIX. El motivo por el que la gente dejó el pueblo fue porque se habían presentado algunos fenómenos paranormales. En los años 80 se publicó un artículo en 'Mundo Desconocido' donde una foto deja ver un presunto OVNI que sobrevolaba en el pueblo.

Fábrica de muñecas, Castellón: Se trata de un punto en el mapa dentro de Segorbe, en Castellón. Dentro de este pueblo se encuentra uno de los lugares más espeluznantes. Una fábrica de muñecas abandonadas donde se pueden ver cientos de muñecas sin ojos, piernas o brazos. Una escena ideal para cualquier película de terror. Su acceso para los valientes es posible, pero se debe andar con mucho cuidado, ya que se podría caer en cualquier momento.

La isla de Pedrosa, Cantabria: Esta localidad se encuentra unida a la península con un único puente. Este punto es la entrada y la salida del pueblo. En este punto de Cantabria se presenta un silencio inquieto y se pueden ver construcciones abandonadas que crean una atmósfera incómoda y terrorífica. Algunos turistas aseguran que han vivido apariciones y sonidos muy extraños desde los primeros minutos en el lugar.