El CSIC ha otorgado a la OMS los derechos de su patente para la producción asequible de la vacuna contra la covid-19 en naciones en desarrollo. La fórmula, creada por Juan García Arriaza y Mariano Esteban del CNB-CSIC, combate eficazmente el SARS-CoV-2, previniendo su replicación en pulmones y cerebro, y protegiendo contra efectos secundarios graves, como daños pulmonares y tormenta de citoquinas.
El acuerdo al que han llegado CSIC y la OMS con la vacuna
El CSIC ha decidido no recibir beneficios de su vacuna siempre que esta se destine a naciones con ingresos bajos o medios. Esta transmisión de conocimientos se efectuará mediante un pacto con la organización de salud Medicines Patent Pool (MPP), con el respaldo de la OMS, para que esta innovación proceda a ensayos clínicos y beneficie a las regiones más vulnerables. Esta es la segunda ocasión en que el CSIC comparte una tecnología mediante la iniciativa C-TAP de la OMS, con el propósito de garantizar un acceso equitativo a soluciones de salud contra el coronavirus en beneficio de la salud pública.
Te podría interesar
El convenio con la organización MPP, parte fundamental de la iniciativa C-TAP de la OMS, facilita la búsqueda de colaboradores en otros países para progresar en los ensayos clínicos de esta vacuna. Así, en el futuro, podría ser una opción más de vacunación contra la covid-19 globalmente, priorizando naciones con recursos limitados.
La fabricación industrial de la vacuna, creada por Arriaza y Esteban, ha sido posible gracias a la alianza entre el CSIC y la firma española Biofabri, siguiendo altos estándares de calidad.