Las herencias suelen generar conflictos, especialmente cuando no existe testamento que guíe la distribución de bienes y derechos entre los herederos. En tales casos, la legislación entra en juego, y es común que surjan desafíos legales entre el cónyuge viudo, los hijos y otros herederos.
El primer paso para abordar la distribución es identificar los bienes, esto implica conocer el régimen económico del matrimonio: gananciales o separación de bienes. En el caso de bienes gananciales, el 50% del cónyuge fallecido constituirá la herencia.
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Qué derechos tiene una viuda en una herencia según la ley española
La cónyuge viuda tiene derecho al usufructo de la herencia, que suele ser un tercio de los bienes, incluida la vivienda. Sin embargo, este porcentaje puede variar según la presencia y el grado de otros familiares herederos. El testamento puede influir en los derechos del cónyuge viudo, especialmente a través del tercio de libre disposición, siempre que no afecte la legítima de los herederos forzosos.
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El reparto de la herencia sigue un orden establecido por el Código Civil, priorizando a hijos, descendientes y ascendientes. Si existen hijos, la pareja superviviente puede recibir el usufructo del tercio de mejora. En ausencia de descendientes pero con ascendientes vivos, el cónyuge viudo tiene derecho al usufructo de la mitad de la herencia. En caso de no haber descendientes ni ascendientes, la pareja superviviente puede reclamar dos terceras partes de la herencia. Estas legítimas deben respetarse, independientemente de las disposiciones testamentarias.
Cuando la persona viuda y los descendientes reclaman la herencia, se presenta la opción de que la pareja superviviente reciba el usufructo a través de un pago en efectivo y un lote de bienes. La decisión sobre entregar el dinero o las posesiones queda en manos de los hijos del fallecido.