Ocurrido el pasado 22 de febrero, el incendio en el edificio de 14 plantas en el barrio Campanar de Valencia cobró la vida de diez personas y dejó a varias más, sin un lugar en el que vivir tras las llamas que devoraron en cuestión de segundos el lugar.
De forma temporal, la mayoría de los vecinos sobrevivientes, están alojados en un hotel, en espera de entrar esta semana en viviendas totalmente equipadas, proporcionadas por el Ayuntamiento de Valencia. En tanto, los que tienen la prioridad de acceso son aquellos que tienen familias con niños y las que tengan una ‘situación especial’.
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Donde se alojaran los vecinos, es el edificio público de Safranar, que cuenta con 131 casas divididas en cuatro escaleras. En cada planta, hay seis viviendas: algunas cuentan con dos habitaciones y otras con tres. Una gran ayuda para estos vecinos que lo han perdido casi todo, desde muebles, hasta lo más importante, recuerdos.
Los automóviles, los grandes -y costosos- sobrevivientes
Afortunadamente, las únicas pertenencias que sobrevivieron al mayor incendio registrado de la historia moderna en Valencia fueron los coches del garaje de las torres de Campanar. De hecho, los coches se encontraron en buen estado, al igual que las plazas de aparcamiento.
El fin de semana, cabe destacar, los vecinos recibieron la autorización de la policía y los bomberos para retirar los vehículos de este amplio aparcamiento de tres plantas. Obviamente, con una serie de medidas de seguridad para evitar males mayores.
Una zona del aparcamiento reservada por un concesionario próximo de coches de alta gama también fue retirada, lo cual llamó la atención a muchas personas que estaban en los aledaños del edificio incendiado. Se trata de Quadis, que dispone de tres concesionarios de vehículos de alta gama a ambos lados de la avenida.