El sábado, Israel intensificó su campaña en Gaza con una nueva ola de ataques terrestres y aéreos contra Hamas, buscando dominar completamente el norte de la franja, una zona clave desde el inicio de su operación militar hace dos meses y medio. Esta ofensiva continuó el domingo, extendiéndose de norte a sur.
El espeso humo sobre Yabaliya, hogar del mayor campo de refugiados de la franja, y relatos de residentes confirman que, a pesar de la resolución de la ONU del viernes, que instaba a crear condiciones para el cese de hostilidades sin solicitar una tregua explícita, la ofensiva israelí no solo persiste, sino que se ha expandido al norte de Gaza.
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El conflicto continúa su curso. Recientemente, el primer ministro israelí Beniamin Netanyahu conversó con el presidente estadounidense Joe Biden, tras una votación de la ONU sobre Gaza, asegurando que Israel mantendrá su ofensiva hasta alcanzar todos sus objetivos, principalmente derrotar a Hamas.
La situación para los civiles en Gaza se agrava. Israel sostiene que Hamas utiliza túneles e infraestructuras civiles para esconder militantes, acusándolos de emplear civiles como escudos humanos, una afirmación que Hamas rechaza.
Los enfrentamientos se intensifican a lo largo de la franja, y este sábado se informó que las Fuerzas de Defensa de Israel habrían solicitado a Egipto la evacuación de la zona fronteriza de Rafah.
Durante las últimas 24 horas, el número de palestinos fallecidos ha aumentado en al menos 201, superando así los 20.000 muertes acumuladas desde el 7 de octubre, según datos del Ministerio de Salud palestino. Se estima que muchos más cuerpos permanecen sepultados bajo los escombros. La casi totalidad de los 2.3 millones de residentes de Gaza han sido desplazados debido a esta situación.