En Reino Unido, 61 empresas se comprometieron a una reducción del 20% de las horas de trabajo para todo el personal, sin disminución de los salarios, durante un periodo de seis meses a partir de junio de 2022 gracias a los increíbles resultados de la prueba piloto realizada en el país para reducir la jornada laboral.
En un informe sobre los resultados presentado a los legisladores británicos, se demostró que alrededor del 92% de las empresas que participaron en el programa piloto del Reino Unido (56 de 61) afirmaron que tienen intención de continuar con la semana laboral de cuatro días, y 18 empresas confirman que el cambio será permanente.
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Los resultados de una semana laboral de cuatro días han sido sorprendentes: han arrojado una reducción significativa de los índices de estrés y enfermedad entre los trabajadores, ya que el 71% de los empleados declaran tener menos "agotamiento" y el 39% afirman estar menos estresados que al inicio de la prueba.
"Los empleados solían describir una reducción significativa del estrés -afirma Niamh Bridson Hubbard, investigadora y doctoranda en Cambridge-. Muchos describieron que podían desconectar o respirar más fácilmente en casa. Una persona nos contó cómo había desaparecido su 'pavor dominical'".
En comparación con el mismo periodo del año anterior, se redujeron en un 65% las bajas por enfermedad y en un 57% el número de empleados que abandonaban la empresa. Los ingresos de las empresas apenas variaron durante el periodo de prueba, e incluso aumentaron marginalmente un 1,4% de media, ya que la gran mayoría de las empresas también mantuvieron los objetivos de productividad a tiempo completo.
La prueba piloto y los beneficios para empleados y empresas
Para esta prueba piloto, participaron empresas de todo el Reino Unido, con unos 2.900 empleados que renunciaron a un día de trabajo. Entre las organizaciones que participaron en el ensayo había desde minoristas en línea y proveedores de servicios financieros hasta estudios de animación y una pescadería local, pasando por sectores como la consultoría, la vivienda, las TI, el cuidado de la piel, la selección de personal, la hostelería, el marketing y la sanidad.
Los investigadores encuestaron a los empleados a lo largo del ensayo para evaluar los efectos de disponer de un día extra de tiempo libre. Los niveles de ansiedad y fatiga declarados por los propios empleados disminuyeron en todos los sectores, mientras que la salud mental y física mejoró.
Muchos de los encuestados afirmaron que les resultaba más fácil conciliar el trabajo con los compromisos familiares y sociales: El 60% de los encuestados considera que es más fácil compaginar el trabajo remunerado con las responsabilidades familiares, y el 62% afirma que es más fácil compaginar el trabajo con la vida social.
Al final de los seis meses de prueba, muchos de los directivos afirmaron que no podían imaginarse volver a una semana de cinco días. Las conclusiones del informe son que una semana de cuatro días significa una vida laboral y familiar mejor para mucha gente y no penaliza en absoluto ni los ingresos ni el rendimiento de la empresa que lo aplica.
¿Podría aplicarse a España?
El exitoso caso de Reino Unido dista de poder aplicarse en España. Desde hace un par de años, en el país el debate se centra en cómo afectaría la reducción de la jornada laboral a la conciliación y a la productividad.
Este llegó primeramente hasta el Congreso de los Diputados a cuenta de una enmienda de Más País en la que el partido proponía fomentar la implantación de la semana de 4 días. Tras un tiempo congelada, el pasado mes de febrero la propuesta volvió a la mesa de la Cámara Baja.
Mientras se producen estas conversaciones hay quien, convencido de la eficacia de esta forma de organizar el trabajo, no ha querido esperar a la puesta en marcha de estos planes. Así, entre las empresas que se están animando ya a implantar la semana laboral de 4 días, hay 4 compañías españolas.
Por el momento, Antonio Fernández, profesor de la UOC, asegura que sería posible a través de acuerdos entre patronal y sindicatos, pero advierte de que "en España no hay voluntad de hacerlo".