A pocos kilómetros de Crimea, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, disfruta de la vida presidencial en un complejo de 18.000 metros cuadrados valuado en mil millones de dólares que está ubicado a orillas del Mar Negro, en la ciudad turística de Gelendzhik, Rusia.
Según indica New York Post, dentro de esta mansión, hay una pista de hockey, una bodega, salón para fumar shishas, un casino, una iglesia y hasta una habitación de entretenimiento para adultos, con un tubo para striptease.
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Debajo de la propiedad, a unos 50 metros de profundidad, existe un búnker fortificado con un túnel de escape que podría proteger a Putin y a sus invitados VIP en caso de que se produzcan disturbios, informó Insider sobre documentos filtrados que muestran su diseño.
El búnker está diseñado para que el presidente ruso y sus acompañantes puedan sobrevivir allí durante semanas, ya que cuenta con conexión a la red potable de agua, tiene una adecuada ventilación y un complejo sistema de comunicación debajo del grueso cemento del que está hecho esta fortaleza.
Las razones por las que Putin ordenó la construcción del búnker
La necesidad de este 'escondite apocalíptico' habla de una supuesta paranoia del líder de Rusia, y tal vez de incertidumbre con respecto a su poder, ya que teme una rebelión. "Putin tiene mucha ansiedad por no ser el líder legítimo de todos los rusos", dijo Michael C. Kimmage, un ex funcionario del Departamento de Estado que se centró en Rusia y Ucrania.
"Entonces, sabiendo que su legitimidad no está completamente asegurada por las elecciones, buscará maximizar su seguridad personal a través de un complejo de residencias personales bien defendidas", continuó el profesor de historia. "Tenemos que ver esto como parte de una larga confrontación con Occidente que ha marcado los últimos 13 o 14 años de la vida de Putin", agrega Kimmage.
El búnker de Putin cuenta con dos túneles, uno encima del otro y conectados por ascensores. Tienen unos 40 y 60 metros de largo y unos 6 metros de ancho, informó Insider. El espacio habitable corresponde Existe un buen espacio habitable de unos 600 metros cuadrados.
Si la instalación puede o no soportar una explosión nuclear dependerá de cómo esté reforzado el concreto y qué materiales se usaron en la construcción. Por el momento, eso no está claro en los planos de diseño filtrados. Lo que si es claro es que también cuenta con un complejo sistema de ventilación en caso de un ataques químicos externo.