Durante una audiencia celebrada este miércoles en Londres, la parte acusadora en el caso de Julian Assange ha admitido ante el juez Adam Johnson, del Tribunal Superior de Justicia británico, que el sistema judicial de Estados Unidos no dispone de garantías para evitar que el periodista australiano sea sentenciado a la pena capital. Fuentes presentes en la sesión han informado a Público de esta declaración.
Esta admisión se dio en respuesta a las interrogantes planteadas por la justicia británica respecto a si el cargo de traición —uno de los 18 cargos que Assange enfrentaría al ser extraditado a EE.UU., bajo la ley de Espionaje estadounidense— podría resultar en la imposición de la pena de muerte. El magistrado también indagó sobre la posibilidad de que Estados Unidos pudiese comprometerse a no aplicar tal condena al fundador de WikiLeaks. Los representantes legales de la acusación confirmaron que ambos escenarios son posibles.
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Así ha sido el bagaje de Assange hasta el día de hoy
El riesgo de que Julian Assange sea condenado a muerte contradice los compromisos asumidos por el Reino Unido con Ecuador en 2019, cuando se garantizó que no se extraditaría al periodista a una nación donde pudiera enfrentarse a tal pena. Simon McDonald, subsecretario permanente del Ministerio de Relaciones Exteriores británico en Ecuador, afirmó en 2020 que "nunca extraditaríamos al señor Assange si hubiera riesgo de que enfrentara la pena de muerte". Sin embargo, cuatro años más tarde, la fiscalía estadounidense ha demostrado que, de ser extraditado a EE.UU., el fundador de WikiLeaks correría ese riesgo.
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Este hecho también plantea contradicciones con las declaraciones hechas en 2021 por Estados Unidos, en las que aseguraba a Londres que protegería la salud física y mental de Assange a lo largo de su proceso judicial y cualquier sentencia en su contra. Estas garantías fueron clave para que el Reino Unido finalmente autorizara la extradición del periodista, la cual había sido previamente denegada por motivos humanitarios.
La decisión judicial fue seguida por la aprobación de la extradición por parte de Priti Pattel, entonces ministra del Interior del Reino Unido.
El estado de salud de Julian Assange
La salud frágil de Julian Assange y el temor a que empeore bajo custodia estadounidense fue uno de los principales argumentos que su defensa utilizó para intentar detener su extradición, aunque todos los demás argumentos fueron desestimados por las cortes británicas, excepto este. El 20 y 21 de febrero, la defensa de Assange presentó ante el Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido ocho nuevos puntos de apelación, en lo que representa su última oportunidad para evitar la extradición dentro del sistema judicial británico.
Si se acepta alguno de estos puntos, la extradición de Assange a Estados Unidos se suspendería temporalmente, hasta que se examine a fondo y se decida sobre estos argumentos. De lo contrario, el caso pasaría al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, último recurso de la defensa.
Es ampliamente reconocido que las publicaciones de WikiLeaks desvelaron actos ilícitos del ejército estadounidense en las guerras de Irak y Afganistán, así como detalles delicados sobre sus relaciones internacionales, conocidos como Cablegate, entre otras revelaciones significativas. Estos hechos cuestionaron profundamente la ética militar, diplomática y moral de Estados Unidos. La defensa argumenta que este es el verdadero motivo detrás del enjuiciamiento de Assange.
Stella Moris, esposa de Assange y abogada, ha expresado: "Ellos son los criminales y están atacando al periodista que los expuso. Julian es un difusor de la verdad, es un prisionero