La reciente Ley de Bienestar Animal ha establecido nuevas directrices en relación con los collares utilizados en perros. Aunque algunas regiones ya tenían regulaciones similares, ahora se establece a nivel nacional la prohibición de ciertos tipos de collares que pueden causar daño o lesiones a los animales.
Si tienes alguno de tus collares para tu perro, debes de estar atento para que no te pille el toro con las posibles multas que esto acarrea. ¿Qué collares están ahora prohibidos?
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¿Qué collares no se pueden usar ahora?
La reciente legislación sobre el bienestar animal ha traído consigo cambios significativos en cuanto a los accesorios permitidos para los perros. A nivel nacional, se ha establecido una prohibición sobre ciertos tipos de collares que anteriormente eran comunes pero que, según la nueva normativa, pueden ser perjudiciales para los animales.
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La ley es clara: quedan prohibidos los collares que puedan causar daño o lesiones a los caninos. Esto incluye collares eléctricos, de impulsos, de castigo y de ahogo. Estos instrumentos, que rodean el cuello del animal, han sido identificados como potencialmente dañinos.
¿Por qué no se pueden usar estos collares?
David Ordóñez, reconocido experto en comportamiento canino, ha arrojado luz sobre esta cuestión. Según él, es esencial que las herramientas de manejo sean cómodas, adaptadas y ergonómicas para el animal. Los arneses que restringen la zona del pecho, por ejemplo, no son recomendables ya que los perros no tienen una clavícula definida. Esto puede causar incomodidad o incluso daño.
Más allá de la estructura física del perro, la zona del cuello es especialmente delicada. Aquí se encuentran vitales arterias, venas, la tráquea y parte del sistema linfático. Cualquier presión o daño en esta área puede tener graves consecuencias para la salud del animal.
Ordóñez aboga por una "educación 3.0" para los perros. En lugar de recurrir a métodos de castigo, propone técnicas basadas en refuerzos positivos. La idea central es que no es necesario, ni ético, causar daño físico a un animal para enseñarle comportamientos adecuados. La nueva ley refleja este enfoque, priorizando el bienestar y las necesidades reales de los animales sobre las prácticas tradicionales.