Hay quienes aman viajar en familia. Otros, prefieren vacacionar con amigos, pero hay personas que siempre eligen las escapadas románticas. Para ellos, para los enamorados que están buscando un lugar para disfrutar de un fin de semana en pareja, en La Península presentamos tres destinos ideales para este plan en las afueras de la Ciudad de Madrid.

La granja de San Idelfonso

Para los que quieran una escapada romántica a un lugar con naturaleza, la granja de San Idelfonso es la opción ideal en las afueras de la capital de España. Los jardines del Real Sitio de la granja de San Ildefonso son muy bellos para pasear y deleitar la vista con fuentes ornamentales, figuras de mármol y arbustos modelados con hermosas formas. También puedes disfrutar de su museo de tapices, donde se encuentra la Colección de tapices de la Corona de España, la más rica del mundo junto con la de Viena. 

 

 

Parador de Alcalá de Henares

En el spa del Parador de Alcalá de Henares te guardarán deliciosas experiencias como la piscina de hidromasaje, una cascada rejuvenecedora, duchas de contrastes y una sauna finlandesa. Este oasis de bienestar no solo presume de instalaciones modernas y bien mantenidas, sino que también alberga un secreto fascinante: está enclavado bajo las majestuosas bóvedas del Convento Santo Tomás de Aquino del siglo XVII, ahora convertido en el parador de turismo. Tienes la opción de sumergirte únicamente en el circuito de spa o de ampliar tu deleite con una estancia nocturna en una de sus encantadoras habitaciones, donde te espera cava y, al despertar, un desayuno buffet que superará tus expectativas.

Un hotel viendo las estrellas en Toledo o Ávila

Esta propuesta satisface los gustos más originales y aquellos que buscan experiencias distintivas. Estos hoteles con características únicas se encuentran en ubicaciones cercanas a Madrid, como Toledo o Ávila. La peculiaridad principal de sus 'habitaciones' radica en su diseño de burbuja y su transparencia en la parte superior. Esta estructura te permite contemplar las estrellas desde la cama, garantizando al mismo tiempo un espacio íntimo, ya que el entorno está diseñado de manera que nadie pueda verte ni perturbarte desde el exterior. Es un plan que, para los espíritus más aventureros, puede resultar increíblemente romántico y sensual.