Generalmente siempre prestamos atención al pelo, pero nunca al cuero cabelludo. Es una parte sensible de nuestro cuerpo que si lo mantenemos hidratado y en condiciones óptimas, podremos lucir un cabello sano y brillante.

En concreto, el cuero cabelludo es la piel que cubre nuestro cráneo y está compuesto por varias capas. Además, posee una red nerviosa vascular que suministra las sustancias esenciales para el crecimiento del cabello. Lo importante es que actúa como barrera física porque protege el medio interno del externo. Es por eso que debemos cuidarlo y saber qué tipo de cuero cabelludo tenemos para saber cómo tratarlo.

Existen diversos tipos de cuero cabelludo. El normal que tiene cambios fáciles de corregir y no es graso ni seco y los productos para peinar no lo irritan. El otro tipo de es el graso que produce excesivamente sebo. Tiene apariencia grasosa y a veces se siente pegajoso al tocarlo. Además, es propenso a la caspa.

Mientras que el cuero cabelludo seco carece de suficiente producción de sebo y esto lo que que se predisponga a la resequedad y a la descamación. También es común la caspa. Por último, el cuero cabelludo sensible es así por un desequilibrio en la producción de sebo y es propenso a la irritación. Tiende a perder vigor  brillo.

Sin embargo, para cada tipo de cuero cabelludo hay champús especiales. Para los normales se recomienda un champú con extracto de cebolla de Mi Rebotica, por ejemplo. En cambio el Oil Balance de Apivita es ideal para el cuero cabelludo graso. Para el seco se recomienda el champú Ultra hidratante de Nuggela & Sulé. Y por último, el Specifique Bain Vital Dermo-Calm de Kérastase es el mejor champú para cuero cabelludo sensible.