ATENCIÓN

Conoce si eres emocional según la forma en la que cruzas los dedos

El lenguaje corporal es fascinante y a través de él se pueden descubrir rasgos de nuestra personalidad.

Fuente: Freepik
Dedos.Fuente: Freepik
Escrito en TENDENCIAS el

Un gesto dice más que mil palabras cuentan los expertos de lo emocional. Habrá algo más fascinante que el lenguaje corporal, se preguntan muchos. Hay estudios que muestran cómo los gestos permiten descubrir rasgos de nuestra personalidad que tal vez no conocíamos.

El premio Nobel, Roger Wolcott Sperry, reveló una conexión emocional interesante a la que tal vez jamás hayas prestado atención. La forma en que cruzas los dedos puede revelar aspectos de tu personalidad. Esta investigación explora la complejidad de la división del cerebro en la parte izquierda y derecha. 

Lo cierto es que para descubrir lo emocional de las personas, Sperry señala que a las personas que les gusta colocar el pulgar derecho sobre el izquierdo al entrelazar los dedos, tienen un alto cociente emocional. Esto refleja que tienen una capacidad única para comprender justamente las emociones de los que tienen al lado y más específicamente cuando intentan ocultarlas. Las personas que entrelazan sus dedos de esta forma tienen una habilidad para crear un ambiente en que todos pueden compartir sus problemas.

Fuente: Archivo Península

Para seguir con lo emocional, esta manera de entrelazar los dedos señalan que estas personas tienen una perspectiva y una creatividad que las hacen únicas. Esto permite que tomen sus decisiones totalmente informados. Incluso son muy comprensivos. Tienen una personalidad muy reflexiva.

De este modo te darás cuenta que hay una relación misteriosa entre tu dedo pulgar y tu personalidad. Esto revela la habilidad para irradiar calidez y atraer personas en forma natural. En cuanto a las relaciones pueden comprender las emociones tácitas de su pareja, lo que lo transforma en una habilidad totalmente innata. Son personas que siempre apelan a lo emocional y están atentos a todo su entorno.

Fuente: Archivo Península