El anís tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud. El denominado “pimpinella anisum” ha sido utilizado medicinalmente como una solución casera para ciertos malestares. Es por eso que el té de anís tiene varios usos que son importantes conocerlos.

Entre las propiedades que tiene el anís, la mayoría de los especialistas coinciden en que colabora con el sistema digestivo mejorando el sistema respiratorio, aliviando también la tos y los catarros. Además, ayuda a mejorar el dolor de cabeza. Para los que no lo conocen, la semilla es aromática con un olor muy agradable y el sabor es dulzón. El anetol que contiene el aceite de anís le da su olor característico.

A estas propiedades se suma que el anís es rico en ácido málico y cafeico, en flavonoides y contiene compuestos bioactivos con propiedades digestivas, carminativas y antiinflamatorias. De este modo podrán ver que una infusión de esta tiene muchas cualidades para fortalecer y favorecer nuestro organismo. Por otra parte, el té de anís fortalece el sistema inmunológico por los compuestos mencionados anteriormente.

Los especialistas señalan que el anís es bueno para tratar las convulsiones. También el té de anís combate el estreñimiento y permite aliviar los síntomas de la menopausia, previene enfermedades del corazón y disminuye los cólicos. Es rico en potasio, zinc, cobre, calcio, hierro y magnesio. En el caso de los menores de edad, si el anís se consume en exceso puede provocar algunos síntomas.

En algunas ocasiones la infusión de anís se usa para el tratamiento de cólicos para tranquilizar a los lactantes, pero se puede producir una patología neurológica aguda relacionada con la ingestión de altas dosis de anís estrellado. En cuanto a los adultos, pueden presentar somnolencia y náuseas como también reacciones alérgicas. 

Por último, para preparar el té de anís, tanto el verde como el estrellado, se coloca una olla con agua al fuego y cuando hierve se agrega dos cucharadas de anís seco. Se deja hervir unos cinco minutos. Luego deberán bajar el fuego dejándolo dos minutos más. Se tapa la olla, se deja reposar diez minutos y después se filtra con un colador.