El jengibre es una planta medicinal que tiene muchas propiedades beneficiosas para nuestro organismo y por ende, para nuestra salud. Se considera una especia que esconde muchas cosas buenas, entre ellas aporta nutrientes a la hora del consumo. Lo bueno es que se puede plantar en una maceta y en esta nota te contaremos algunos trucos de jardinería para poder cultivarla.
Además de la maceta, el jengibre también se puede plantar en una maceta y aquí nos enfocaremos. Podemos focalizarnos en secretos para que crezca y se desarrolle en el hogar de una manera muy simple. Es importante saber que puede crecer en cualquier parte porque no necesita luz solar directa ni humedad. Se recomienda plantar en primavera asegurándose de que el tubérculo sea fresco.
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Para la maceta donde se plantará el jengibre es importante saber que tiene que ser amplia con unos 30 centímetros de profundidad. Además, deberá poseer un buen drenaje. La tierra se debe preparar con una parte de arena, otra parte de compost madura y la tercera parte con tierra. En el centro se hace un orificio donde se coloca el jengibre con los rizomas hacia arriba.
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Antes de la plantación del jengibre se debe preparar el rizoma. Esto se hace dejando la raíz en agua durante toda la noche y después se corta en trozos. Cada parte debe tener un par de bultos porque ahí crecerán las nuevas plantas. Los primeros días se deberá regar poco y aumentará la frecuencia cuando comience a brotar.
Si bien el jengibre necesitará suficiente agua, hay que evitar encharcamientos. Una vez que adquirió un buen tamaño se pueden ir cosechando las raíces de a poco. Con este truco lograremos tener esta planta todo el tiempo y utilizarla en nuestras recetas diarias con sus proteínas saludables. Entre los beneficios, cura la piel irritada, controla el colesterol malo, previene enfermedades cardiovasculares y trata las afecciones de la garganta, entre otros.