El que tengas papada no va directamente relacionado a que estás con unos kilos de más. Esa inflamación puede ser debida a muchas cosas, pero principalmente se debe a la circulación y la acumulación de agua que derivan de cansancio, excesos u otras causas. Da igual, a nosotras nos importa nuestro aspecto y no queremos parecer tan envejecidas y congestionadas.
Los masajes faciales son la forma perfecta para prevenir el envejecimiento y mejorar la luminosidad de la tez, al ser estimuladores de la circulación y tensar los músculos. Por tanto, obtendremos de ellos mucha mayor definición, firmeza y aspecto vital y descansado, además de procurar que las arrugas no se remarquen tanto.
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Masajes para reducir la papada
Para lograr reducir la papada, el primer paso es partir de una piel lo más limpia posible (al igual que las manos y gadgets que usemos), por eso ejecutaremos la doble limpieza con un limpiador en aceite y otro en gel o más liviano, para eliminar toda suciedad y evitar que esparzamos las bacterias y toxinas de un lado a otro.
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Terminado ese proceso y antes de empezar los masajes, debes utilizar un aceite facial indicado para nuestro tipo de piel o una crema hidratante, los cuales ayudarán igualmente a que los movimientos sean más fáciles y se deslicen mejor por el rostro. Depositaremos el producto en la palma de la mano y lo extenderemos desde las clavículas hacia la parte alta de la frente.
Para finalizar y reducir la papada, emplazamos la palma de la mano debajo de los pómulos y masajeamos hacia el cabello o, ponemos un dedo bajo la parte de la comisura, estirando ligeramente la piel y con la otra mano, usamos el índice en repetidos movimientos ascendentes desde la línea de la mandíbula hacia el pómulo.