La prevención de enfermedades cardiovasculares como puede ser un infarto, se debe tener muy presentes ya que el 30% de los fallecimientos en el mundo se dan por estas patologías. El tiempo sedentario, es ubicuo en los países desarrollados y se asocia a efectos negativos para la salud humana. Por ello, son muchos los organismos sanitarios que han venido advirtiendo sobre la necesidad de reducir este parámetro.
Muchos profesionales de la salud hablan de la actividad física a la hora de pensar la prevención de infartos. Si bien pocas veces se han emitido instrucciones cuantitativas sobre cuán a menudo y por cuánto tiempo debe interrumpirse el tiempo sedentario para disminuir su impacto negativo en nuestro bienestar, no hay dudas que a mayor tiempo de inactividad, mayor riesgo de padecer estas enfermedades.
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Con la idea de estudiar la prevención de enfermedades cardiovasculares, un grupo de investigadores neoyorquinos ha llevado a cabo un estudio en el que comparan los efectos de diferentes patrones de interrupción del tiempo sedentario en adultos mayores y de mediana edad. Concretamente, estas interrupciones consistían en paseos de baja intensidad, y los efectos de cada patrón en el organismo.
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Para ver como funciona la actividad física en esta investigación, los especialistas reclutaron a un total de 11 voluntarios a los que se les propusieron cinco planes diferentes de ocho horas en días separados: uno de ocho horas ininterrumpidas sentados (para que sirviese como control), otro en el que se daban paseos de un minuto cada media hora, otro en el que se daban paseos de cinco minutos cada media hora.
Al fin de la investigación sobre prevención de enfermedades cardiovasculares, los autores concluyen que en aquellos casos en los que el objetivo de la intervención sea bajar el índice glucémico, lo más indicado es la realización de paseos de cinco minutos cada media hora. Si, por el contrario, lo que buscamos es una reducción significativa de la presión sanguínea sistólica, enfoques menos exigentes pueden ser suficientes.