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5 científicas "invisibles" cuyos descubrimientos fueron atribuidos a un hombre

Pese a que la historia y la ciencia han sido identificadas como ámbitos puramente masculinos, las mujeres han estado siempre presentes en el desarrollo científico

Katherine Johnson después de recibir la Medalla presidencial de la libertad del presidente Obama en 2015.Créditos: Bill Ingalls / NASA
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Investigaciones actuales muestran cómo, hoy en día, a las mujeres todavía se las coloca en un segundo lugar frente a los hombres. Las mujeres siguen siendo excluidas como referentes culturales en los libros de texto, frente al gran protagonismo de los hombres que llenan de masculinidad las enseñanzas medias.

¿Qué es el Efecto Matilda?

Aquí te presentamos grandes científicas, cuyos nombres no aparecen en los libros de historia y no solo porque sus méritos no se hayan visto reconocidos, sino porque en muchas ocasiones se los "apropiaron" sus parejas o sus compañeros de investigación.

Es lo que se conoce como el Efecto Matilda, en honor a Matilda Joslyng Gage, la primera activista en denunciar la injusticia que supone que se hayan ignorado los hallazgos de brillantes investigadoras.

Científicas invisibilizadas por la historia

Marie Anne Pierrette Paulze de Lavoisier (1758-1836), la "madre de la química".

Conocida como Marie Lavoisier, esta química francesa jugó un papel imprescindible en la trayectoria de su marido, Antoine Lavoisier, considerado el 'padre de la química'.

Sin su gran ayuda en el laboratorio con las traducciones y correcciones que realizó para que su pareja pudiera leer obras de química, le habría sido imposible rehacer y modernizar esta ciencia. 

Rosalind Franklin (1920-1958), la primera en desvelar la estructura del ADN.

Fue una química británica logró obtener, gracias a los rayos X, una imagen en la que se desvelaba por primera vez la estructura del ADN, la molécula que se encarga de transmitir la información genética.

Durante décadas no fue reconocido su hallazgo, sino que se atribuyó a su jefe y a dos de sus compañeros de laboratorio y por ello obtuvieron el Nobel.

Lise Meitner (1878-1968), descubridora de la fisión nuclear.

Esta física nuclear austriaca descubrió la reacción de fisión nuclear en la que se basó la bomba atómica y las centrales de energía nuclear. El descubrimiento le valió un Nobel de Química, pero no a ella, sino a su colaborador Otto Hahn.

Katherine Johnson (1918-2020), una de las piezas clave en el vuelo del Apolo 11.

La estadounidense sufrió durante toda su vida la doble discriminación ya que no solo era mujer, sino también negra. Su talento le llevó a trabajar durante la Segunda Guerra Mundial para el ejército norteamericano, mejorando el diseño de los aviones.

Después desarrolló su labor en la NASA donde pudo fijar la trayectoria para el vuelo del Apolo 11 y que por primera vez un hombre pisara la Luna. Por este hecho histórico, todo el equipo recibió la medalla Hubbard, el máximo premio de la National Geographic Society. Todos menos Johnson, a quien no se le entregó este galardón hasta el año pasado, 51 años después que a sus colegas y a título póstumo.

Barbara Mcclintock (1902-1992), descubrió los "genes saltarines".

La bióloga estadounidense descubrió que los genes no siempre ocupaban el mismo lugar en los cromosomas y por eso los denominaron "genes saltarines".

Sus colegas rechazaron su hallazgo hasta tal punto que decidió abandonar esta línea de investigación. No fue hasta dos décadas después, y tras que otros científicos llegaron a la misma conclusión, cuando se reconoció su mérito. Y en esta ocasión sí, logró el Nobel de Medicina en 1963.