¿Te ha pasado que compras una lechuga fresca y al poco tiempo está marchita y sin sabor? Esto es un problema común en muchos hogares. Sin embargo, existe un sencillísimo y económico método para mantener la lechuga fresca en tu nevera por más tiempo. A continuación, te explicamos cómo hacerlo.
Lo primero que debes hacer es lavar bien la lechuga con agua fría y luego secarla completamente. Este paso es muy importante. La lechuga debe estar seca antes de guardarla en la nevera, ya que la humedad puede acelerar su descomposición. Luego, una vez que la lechuga está seca, envuelvela en papel absorbente. Puedes usar papel de cocina o papel de periódico.
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Cada paso es muy importante en todo este procedimiento. Después de envolver la lechuga en papel absorbente, colócala en una bolsa de plástico. Asegúrate de que la bolsa esté bien cerrada para evitar que entre aire y humedad. El aire y la humedad pueden acelerar la descomposición de la lechuga.
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Para finalizar, se recomienda guardar la bolsa con la lechuga en la nevera. Si es posible, deberías colocar la bolsa en la parte más fría de la nevera, que suele ser la parte inferior. De esta manera, la lechuga se mantendrá fresca por más tiempo y no tendrás que tirar vegetales podridos.
Como última recomendación, lo ideal es que cambies el papel absorbente y la bolsa cada cierto tiempo, especialmente si notas que la lechuga está empezando a perder su frescura. De esta manera, podrás prolongar aún más la vida útil de la lechuga. En conclusión, mantener la lechuga fresca en la nevera por más tiempo es sencillísimo y económico.