A todos nos ha pasado. Nos aguantamos las ganas de ir al baño por estar en una reunión importante, en un viaje largo o simplemente no queremos interrumpir una tarea importante, y comenzamos a aguantar. Sin embargo, aguantar por mucho tiempo las ganas de orinar o defecar puede tener consecuencias negativas para tu organismo.
En primer lugar, una de las consecuencias más inmediatas de aguantar por mucho tiempo las ganas de ir al baño es la incomodidad y el dolor. De esta manera, la retención prolongada de orina o heces puede causar sensación de presión y dolor en el abdomen. También puede producir malestar general en todo el cuerpo.
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Además, aguantar las ganas de ir al baño puede aumentar el riesgo de infecciones urinarias y problemas intestinales, como el estreñimiento. Esto se debe a que la retención prolongada de orina o heces puede provocar la acumulación de bacterias en el tracto urinario o intestinal. De esta manera, aumenta el riesgo de infecciones en nuestro organismo.
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En casos extremos, la retención prolongada de orina o heces puede provocar daño renal. Si la vejiga está demasiado llena durante mucho tiempo, puede provocar una presión excesiva en los riñones y provocar daño renal. Además, en algunos casos, la retención prolongada de heces puede causar impactación fecal. En todos los casos se necesita atención médica.
Debes saber que aguantar por mucho tiempo las ganas de ir al baño puede tener consecuencias negativas para tu organismo. Desde la incomodidad y el dolor hasta el aumento del riesgo de infecciones urinarias y problemas intestinales. Si tienes problemas para orinar o defecar, consulta a un médico para recibir atención médica adecuada y evitar complicaciones más graves en el futuro.