Hace 12 años, en la boda de Mary y Federico de Dinamarca, la reina Letizia y Máxima lucían deslumbrantes. En aquel entonces, Letizia aún era la prometida del príncipe Felipe VI y cautivó a todos con un espectacular vestido rojo diseñado por Lorenzo Caprile. El diseño resaltaba su elegancia y sofisticación, convirtiéndola en una de las invitadas más destacadas de la ceremonia.
Máxima de Holanda, por su parte, optó por un delicado vestido en color rosa pálido con cortes asimétricos, creado por Valentino. Complementando su look, llevaba una pequeña tiara en la cabeza que agregaba un toque de distinción. Su elección fue acertada y la hizo lucir radiante y glamorosa.
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En medio de Máxima y la reina Letizia, La princesa Carolina de Mónaco también llamó la atención con un traje largo y cruzado en tonos opacos. Su estilo conservador transmitía elegancia y refinamiento. Acompañada de su hermano Alberto y su esposo de aquel entonces, el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, conformaron una presencia destacada en la ceremonia.
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Otras royals que asistieron a este evento incluyeron a las princesas Victoria y Magdalena de Suecia, la princesa Mette-Marit de Noruega, la infanta Elena de España y la reina Matilde de Bélgica. Cada una de ellas deslumbró con sus atuendos elegantes y sofisticados, aportando su estilo único a la ocasión, como hizo Máxima de Holanda.
La boda de Mary y Federico de Dinamarca fue un evento de gran importancia y las invitadas reales hicieron gala de su buen gusto y estilo, no solo la reina Letizia y Máxima. Sus looks fueron inolvidables y dejaron una huella en la historia de la moda. Doce años después, todavía se recuerdan con admiración y son fuente de inspiración para muchas personas en todo el mundo.