Con la llegada de días más cálidos el consumo de bebidas para aplacar la sed tiende a aumentar, especialmente el consumo de bebidas alcohólicas en reuniones sociales o durante las comidas. Así, el vino y la cerveza 'reinan' por sobre las demás bebidas, aunque el refresco no se queda atrás.
Alguna vez te habrás preguntado si consumir alguna de estas tres bebidas hace que subas de peso, ya que existen muchos mitos, sobre todo alrededor del vino. En esencia, todas las bebidas mencionadas pueden contribuir al aumento de peso si se consumen en exceso, pero haya mejores y peores. Vamos por parte.
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Para empezar, de entre vino, cerveza y refresco, es este último el que peor sale parado de los tres. Los refrescos contienen altas cantidades de azúcar y calorías vacías, lo que significa que proporcionan energía, pero no nutrientes esenciales. El consumo regular de refrescos se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el impacto de estas bebidas en nuestro peso y salud depende de varios factores, incluyendo la cantidad consumida, la frecuencia del consumo, y los hábitos de alimentación y actividad física. De esta forma, si se consume regularmente refrescos y se mantiene un estilo de vida sedentario, es más probable que el consumo de estas bebidas contribuya al aumento de peso y a la obesidad que si mantenemos un vida activa y saludable. De esta forma, el cuerpo asimilaría más rápido los azúcares y 'no se notaría'.
¿El vino y la cerveza engordan? El problema real es el alcohol que contienen
Tanto el vino como la cerveza hace subir de peso por una simple razón: la gran cantidad de calorías que ambos contienen. Pero cual de los dos es 'peor' no es algo fijo, ya que depende de la variedad de vino y de cerveza que puede llevar más o menos calorías.
Por ejemplo, si se compara el valor calórico de los diferentes tipos de vino, la balanza del producto que más engorda se decanta del lado del vino blanco, ya que este lleva una mayor cantidad azúcar respecto al tinto. Del lado de la cerveza, una caña (el formato que más consumen los españoles) equivalen a unas 90 kilocalorías, pero cuando se trata de una cerveza sin alcohol la cantidad se reduce a unas 35 kilocalorías.
La cerveza es conocida por su alto contenido de carbohidratos, y aunque los diferentes tipos de cerveza varían en su cantidad de calorías, todas las cervezas contienen calorías y pueden contribuir al aumento de peso si se consumen en exceso.
Por otro lado, el vino, aunque contenga más calorías por cada 100 mililitros, no engorda tanto como la cerveza. Eso es debido a que una copa de vino no contiene tanto volumen de alcohol como una caña. Por lo que, el alcohol es el verdadero responsable de coger unos kilos de más.
Por ello, es si no quieres subir de peso es mejor que prestes atención a la cantidad de alcohol y caloría que tiene cada bebida antes de consumirla.