Las barreras mentales son creencias o pensamientos incorrectos que tienes sobre ti mismo, tu situación o tu entorno que te impiden realizar una actividad, tener una actitud específica o desarrollar conclusiones objetivas. De esta forma, las barreras mentales limitan la vida diaria e impiden progresar, manteniendo la mente cerrada.

Estas limitaciones existen ya sea porque de niños nos decían que así era tal o cual situación, porque desconocemos el resultado final (muchas veces por miedo) o porque una experiencia propia o externa nos convenció de qué una situación es así y ya está. Se podría decir que las personas más testarudas con las que tienen barreras mentales más rígidas.

Para romper estas creencias, es necesario identificarlas, para que nuestro inconsciente no las justifique, y trabajar en reemplazarlas por creencias positivas, cambiando la perspectiva. Se trata de una tarea ardua de autoconocimiento y hasta 'de rendición', ya que implica dejar atrás algo que toda la vida creímos como cierto y así dar el brazo a torcer frente a una nueva idea que la reemplace.

Las barreras mentales más comunes y cómo derribarlas

1. No saber que se busca de la vida: Algunas personas adultas no tienen ni idea de qué les hace felices mientras que otras si lo saben pero son demasiadas y no saben cuál elegir. Definir qué es lo que quieres debería el primer paso y tu máxima prioridad.
2. Tener miedo al fracaso: Muchas veces no hacemos algo simplemente por el miedo a cómo resultará y el pesimismo de pensar que saldrá mal. Todos sentimos miedo pero lo importante es que no dejes que ese sentimiento te impida hacer lo que debes.
3. No confiar en uno mismo: Cuando creas que debido a tus circunstancias o cualidades es imposible para ti conseguir algo, hazte la siguiente pregunta: '¿Hay alguien en mi situación (más mayor, más torpe, con menos tiempo o dinero) que haya logrado algo similar?'. Eso te abrirá los ojos y verás que si eres capaz.
4. Poner como excusa la falta de tiempo: Hay gente a la que parece que le da tiempo a todo, mientras que otros están siempre quejándose de lo ocupados que están. ¿Cómo lo hacen? Fácil, sacrificando todas aquellas actividades que no sean imprescindibles y dedicar el 100% a la meta propuesta.
5. Falta de dinero: Muchas veces no emprendemos por falta de dinero. ¡No desistas! Puedes buscar alternativas para conseguir ese mismo objetivo con menos dinero. Siempre hay distintos caminos para un mismo resultado.

Es de vital importancia que no existan barreras mentales que limiten tus acciones y poder así concentrarte en la meta propuesta y alcanzar los objetivos que deseas. No hay que rendirse ante las creencias erróneas. Como dice el dicho: 'Persevera y triunfarás'.