La ropa blanca es un elemento básico en muchos guardarropas, pero con el tiempo y los lavados frecuentes, puede perder su brillo y volverse grisácea. Sin embargo, existe una técnica efectiva para mantener la ropa blanca brillante y reluciente: el uso de agua oxigenada.
Antes de comenzar a lavar, hay que separar la ropa blanca de la de color, y luego, verificar las etiquetas de cuidado de la ropa blanca para asegurarte de que puedas usar agua oxigenada en ellas. La mayoría de las telas de algodón y poliéster toleran bien este proceso, pero las prendas delicadas o con adornos deben tratarse con precaución, por lo que no es simplemente ponerse a lavarlo como si se tratara de cualquier tipo de prenda.
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En un balde grande, agrega una mezcla de agua oxigenada y agua fría en una proporción de 1-1. Asegúrate de que la cantidad de agua sea suficiente para sumergir completamente las prendas, y es clave evitar el uso de agua caliente, ya que puede fijar las manchas en lugar de eliminarlas en la ropa banca.
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Debemos sumergir la ropa blancas en la solución de agua oxigenada durante al menos 30 minutos, o incluso durante la noche si están particularmente manchadas o amarillentas. El agua oxigenada actuará como un blanqueador suave, eliminando las manchas y devolviendo el brillo a la ropa blanca.
Después del remojo, lava las prendas en la lavadora como lo haces normalmente, utilizando detergente para ropa blanca. Asegúrate de que la lavadora esté configurada para agua fría o tibia, ya que el agua caliente puede desactivar el efecto blanqueador del agua oxigenada. Al secar la ropa blanca, evita exponerla directamente a la luz solar intensa, ya que esto puede amarillearla con el tiempo. En su lugar, cuélgala a la sombra o en un lugar con luz indirecta para preservar su brillo.