La dieta militar, también conocida como la dieta de los tres días, es un plan de alimentación que se lleva a cabo durante tres días seguidos, seguidos de cuatro días de descanso, y así sucesivamente. Durante esos tres días, se limita drásticamente la ingesta calórica, lo que supuestamente induce una pérdida de peso rápida, basandose en un plan de en una serie de comidas específicas que se deben seguir rigurosamente.
Lo que hace más atractivo a la dieta militar es la promesa de una pérdida de peso rápida, con afirmaciones que sugieren una pérdida de hasta 4.5 kilogramos en tres días. Esto puede resultar tentador para quienes buscan una solución rápida antes de un evento importante o simplemente para motivarse.
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Sin embargo, esta dieta es altamente restrictiva. Durante los tres días, se consumen alrededor de 1,000 a 1,400 calorías diarias, lo que está muy por debajo de las necesidades calóricas diarias recomendadas para la mayoría de las personas. Esto puede llevar a una sensación de hambre constante y a una falta de nutrientes esenciales en la dieta, lo cual puede ser riesgoso para la salud.
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Una de las principales críticas de la dieta militar es su falta de sostenibilidad a largo plazo. Después de los tres días de restricción calórica extrema, es fácil caer en hábitos alimenticios poco saludables, lo que puede llevar a recuperar el peso perdido una vez que se vuelva a una alimentación normal.
En lugar de recurrir a dietas extremadamente restrictivas, es recomendable buscar un enfoque más saludable y sostenible para la pérdida de peso. Esto implica una dieta equilibrada, la práctica regular de ejercicio y la atención a las necesidades individuales de cada persona, y no como la dieta militar que se limita a comer cosas como carne magra, pescado, huevos, tofu, legumbres, leche descremada, entre otros.