En España, según los datos oficiales, más del 80% de los hogares tiran alimentos sin aprovecharlos porque han cumplido su fecha de vencimiento. En un momento donde los precios están en alza, a veces la decisión de deshacerse de la comida es muy exagerada. Esto se produce porque hay un desconocimiento generalizado respecto de la caducidad y hasta cuándo pueden consumirse.
Por un lado, hay que tener en cuenta el aspecto de la comida más allá de la fecha de vencimiento. Lo importante aunque no lo crean es el sentido común. Hay comidas que tienen una caducidad estricta y de corto plazo porque se deterioran fácilmente. Se trata de carnes, pescados y todos los productos frescos como frutas y verduras. En cuanto a los huevos, no hay que dejar pasar más de una semana. Se recomienda conservarlos en la nevera.
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Mientras que hay otros alimentos donde la fecha de vencimiento es medio engañosa ya que señalan “de consumo preferente”. Eso significa que el que fabrica no se responsabiliza si el producto no tiene todo el sabor y la textura. Por otro lado, hay comidas que duran quince días más de la fecha de caducidad. Se trata de los yogures y otros lácteos fermentados siempre y cuando mantengan igual su aspecto. También el pan de molde cortado si no tiene moho.
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Además, hay otros que se pueden consumir hasta un mes después de su vencimiento. Por ejemplo la bollería blanda como las magdalenas si no son rellenas. También los productos cárnicos envasados al vacío como el jamón curado y los frutos secos.
En cuanto a los alimentos que sirven un mes después de su vencimiento son el aceite, los cereales, la pasta seca rellena, las galletas, quesos de pasta dura, patatas chips, salsas envasadas, mantequilla y cremas para untar. Hay otros alimentos que sirven hasta un año después de que vencieron como sal y azúcar, harina, legumbres secas, arroz y pasta seca. El problema es cuando crecen los insectos.