Durante muchos años el trabajo de las amas de casa no fue reconocido. Como no cotizaban en Seguridad Social, las tareas de las mujeres no generaban aportes para la pensión de jubilación y quedaban totalmente desprotegidas. Sin embargo, los tiempos afortunadamente cambiaron y ahora pueden acceder a una pensión contributiva.
Esta pensión es una remuneración que de alguna manera apunta a reconocer a los ciudadanos que están en una situación de vulnerabilidad económica “aún cuando no hayan cotizado nunca o el tiempo suficiente para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo", explicaron desde Seguridad Social.
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Actualmente, con la reforma de las pensiones que aprobó el gobierno español, el salario que perciben jubilados y pensionados podrán tener un aumento en base al Índice de Precios de Consumo (IPC).
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Por este motivo, a partir del 1 de enero las cuantías de las pensiones tendrán un incremento del 3,8% para las clases pasivas y de un 6,9% para el ingreso mínimo vital y las pensiones mínimas no contributivas. En lo que respecta a las pensiones no contributivas, la cuantía ascenderá a 7250,60 anuales.
Es por eso que quienes deseen cobrar la pensión de amas de casa tendrán que cumplir con tres requisitos básicos: tener 65 años o más, ser ciudadano español o tener residencia legal en España durante al menos diez años seguidos y tener ingresos inferiores a los 7.250,60 euros anuales. Es por eso que quienes sepan que están en condiciones, podrán cobrar la pensión y realizar los trámites correspondientes para obtener el beneficio.