El fin de semana pasado no ha sido uno más para el fútbol español. Una vez más, el racismo ha dicho presente manchando nuestro fútbol. Como ya le ha tocado vivir en la máxima categoría a Vinicius Jr con el Real Madrid, esta vez fue el turno de Cheikh Sarr, el portero de Rayo Majadahonda. Sucedió que, llegado el minuto 84 del encuentro del pasado domingo entre el mencionado equipo y el Sestao River Club, Sarr saltó descontrolado a la grada para agredir a un aficionado.
Después de finalizar el encuentro, suspendido en el minuto 90, el Rayo Mahaonda emitió un comunicado respaldando a Cheikh Sarr:
“Ante los lamentables hechos, donde Cheikh Sarr fue objeto de insultos racistas por parte de algunos asistentes, nuestro equipo tomó la decisión de no continuar con el partido. Esta decisión responde a nuestra firme postura de no tolerar actos de discriminación o racismo de ninguna índole”; “No toleramos ningún tipo de ataque racista. El racismo no tiene cabida dentro nuestra institución, como hemos demostrado en nuestros más de cien años de existencia”, agregaron.
Por su parte, la Ertzaintza ha comenzado a investigar la denuncia realizada por Cheikh Sarr por un presunto delito de odio.
El senegalés, más allá de lo ocurrido, recibió una denuncia por parte de la afición contraria, y la policía vasca ya ha abierto una investigación. Además, se cree que la RFEF puede sancionar al jugador por lo ocurrido.
Sarr declara que la sanción es injusta
Tres días después de haber sido objetivo de cruel racismo, Cheikh Sarr declaró antes los micrófonos sobre la posibilidad de ser sancionado:
“Si recibo una sanción, me va a sorprender, porque sería injusta. Una persona no puede ser la víctima y después sancionarla”, afirmó.
Por otro lado, pidió “disculpas a todo el mundo del fútbol” por su reacción, inadecuada para un deportista profesional.