Después de ocho meses de preparativos para su histórica coronación, el rey Carlos III se tomará un respiro en solitario el próximo mes de junio. Será la primera vez que viaje fuera del Reino Unido desde su coronación, y ha elegido como destino la región rumana de Transilvania, un lugar que le resulta muy familiar, ya que posee hasta diez propiedades allí. Esta zona histórica, situada en los montes Cárpatos, es muy querida por el monarca y se dice que tiene vínculos familiares con ella, siendo descendiente del noble rumano Vlad El Empalador, que inspiró al personaje del Conde Drácula.

Además de esta conexión legendaria, Carlos III se enamoró de Transilvania hace casi dos décadas. Quedó cautivado por la paz que emanan las comunidades rurales de la región, alejadas del estereotipo vampiresco recreado por la literatura.

Adquirió una casa en el pueblo de Viscri y, dos años después, otra del siglo XVI en la remota aldea de Zalánpatak, en la parte étnica húngara de Transilvania. Estas propiedades, rodeadas de bosques, praderas y manantiales, se alquilan como bed & breakfast cuando el rey no las ocupa, permitiendo a cualquiera disfrutar de una estancia tranquila en este último paisaje verdaderamente medieval de Europa.

El rey Carlos III realiza una escapada anual a Transilvania, ya que encuentra en la región un sentido de continuidad milenaria y un equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Fascinado por esta tradición, el monarca ha impulsado a través de la Fundación Príncipe de Gales proyectos para preservar el legado cultural, histórico y medioambiental de Transilvania, que es su verdadera debilidad. Durante sus visitas, el rey se muestra relajado y feliz, caminando por los bosques y las aldeas, conversando con la gente y interesándose por sus vidas y la agricultura local.

En ocasiones, Carlos III incluso se ha involucrado personalmente en historias personales de los residentes de Transilvania. Por ejemplo, en una ocasión, tras enterarse de que una mujer había perdido sus dos vacas, su principal fuente de sustento, debido a un oso, el rey hizo que le enviaran otras dos vacas para ayudarla.